Anoche entraron ladrones a mi casa. No me pidieron plata ni violencia ni objetos de valor, se llevaron otra cosa. Uno de los timadores me exigió que le entregara mis 22 años de experiencia en el mundo; naturalmente me negué. Cuando quise darme cuenta se habían afanado mi vida y me habían extirpado hasta la última pizca de memoria, perdí el caminar, el habla, y toda facultad racional. Estaba tumbado en el suelo en este cuerpo, con la experiencia y mentalidad de un recién nacido. Las cosas tenían una luminosidad peculiar, una trascendencia intrínseca que las rodeaba, todo era Vivencia. Realmente en esos momentos no entendía nada y fue exactamente ahí cuando comprendí el mundo.
Ahora mi cuerpo es el referente cósmico sobre el que inicio cada paso de la vida.
Ilusos ladrones...Me quitaron un error.
Valentino Terrén Toro
Yo conozco la poesia. Eres belissima. Me encantado las horas que tuve con vos. Gracias.
ResponderEliminar